Señor Padre en ti confío,
no temeré mal alguno
si de tu mano me fío,
ninguno, Señor, ¡ninguno!.
Solo en ti creo, amor mío.
Sonrio ante ti, observando feliz como abordas el carruaje para encontrar el sublime tesoro, te veo partir y me doy cuenta que soy tu.
No hay comentarios:
Publicar un comentario