domingo, 4 de julio de 2010

Fauces del río


Me toco vivir desastre,
mas violento que ninguno,
huracán en nivel uno
desencadeno el arrastre.
Ante impotencia frustrante,
Monterrey sucumbió al río,
el agua en libre albedrío
recuperó ya sus cauces,
pero sus ferozas fauces
mordieron el caserío.

Centros de acopio